Canta, ¡oh musa!, la travesía que le
acometen a estos versos.
Igual que la que arreciaron las
olas contra el ya carcomido barco de Ulises
y de los numerosos desolados Oráculos
donde se provinieron batallas victoriosas
y batallas que destruyeron grandes
imperios.
Cántame pues, si cuando cierro los
ojos y atisbo esas ruinas
de aquellos brazos extendidos de mármol
blanco bautizados como “Los Propileos”,
Mnesciles no trataba más que darnos la bienvenida
a la efímera pero grandiosa participación en la historia.
Puesto que el antes portón erigido para
acceder a la ciudad gloriosa,
ahora
es el buen recuerdo de una Grecia empobrecida.
¡Oh almas valerosas, que descendidas
al tártaro por culpa de emperadores injustos,
aun arden en sus pechos fuegos bizantinos
capaces de contrarrestar a
Hades,
Cancerbero y las deudas de Coronte!
¡Qué cuando resurjan entre los
mortales, les hagan cargar el techado del templo Erecteion!
¡Qué contemplen envidiosos desde arriba en la Acrópolis, el jubiloso gozo de los
corazones puros
que liberados de ambiciones, prosperan la sociedad!
¡Y antes de alzaros, recordad que
en el templo de Atenea Nike,
la diosa aguarda sin alas
designando vuestro inminente triunfo!
Canta, ¡oh musa!, la travesía que le
acometen a estos versos.
Que cuando yo muera mis injusticias sean leídas como una epopeya
e
inspire a escribir la suya.
e-popeye e-el mariiiinoooooo soooooyyyyyyy (tu-tu)
ResponderEliminarChiste de vieja al canto ;)